La múltiple subordinación
Aunque también podría estar dentro del
apartado “puntuación”, este tema merece atención aparte. Cuando el autor
se enreda en oraciones excesivamente largas, en las que incluye
coordinadas y subordinadas, en ocasiones acaba por perder la
concordancia género número, o incluso mezclar tiempos verbales distintos
que chirrían al lector. Por ejemplo, es habitual algo así: “El anciano
pasó a su dormitorio, donde cada día entraba a la misma hora y con la
misma ropa, y se dirigió a la cabecera de la cama, donde tenía su bastón
apoyado en un rincón, éste parecía cansado” (¿El rincón?, ¿el bastón?).
Es fácil perderse en la gramática de una oración demasiado larga. Para
eso sirven los puntos, para respirar y poner orden.
2 comentarios:
Muy buen consejo^^
Muchas gracias Laura. Me parecía una entrada un poco sosa, pero para los que escribimos, viene bien recordar algunas cosillas.
Buen día, guapa.
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